HOV 1898 16 09 2012
Columna
Reloj De Arena
EMBELECO
$ 4.400 millones de pesos aproximadamente
invertirá la nación en Buga para acabar de reponer el tramo faltante de
alcantarillado de la Calle 5, el ramal de la K 14 hasta la K 19 ya está sustituido.
Hasta ahí, todo bien. Pero: ¿porque hacer lo que no se necesita? ¿porque gastar
dinero donde no es preciso? existiendo mil obras necesarias y urgentes. ¿Qué está
fallando, o en que hemos fallado?
Me enteré por conocidos que
la “socialización” efectuada por “Aguas de Buga” de esta obra fue para informar
sobre un “hecho cumplido y sin reversa… que eran cosas de Bogotá”. Pero no tuvieron
en cuenta que el alcantarillado existente esta funcionando bien –sin problemas-,
sólo era necesario el cambio de la tubería antigua de acueducto –agua potable- en
HF (hierro fundido) por PVC, no más.
Uno no cambia el motor de un
carro cuando está funcionando bien, que no quema aceite, que tiene fuerza y no
consume más de la cuenta… ¡Claro! el cambio de un motor viejo a uno nuevo es
mejor, lo mismo para el alcantarillado
del centro de Buga, siempre es mejor lo nuevo, pero el punto es que no era
necesario… no todavía. Ese alcantarillado estaba bien
y en condiciones de durar más de 30 años. Ahora, este gasto se podría justificar
en un país altamente desarrollado y muy rico, donde se cambia de automóvil cada
año y se chatarrizan a los diez. Pero para nosotros es un desperdicio, se está botando
la plata al vertedero.
Cuál razón asiste hacer lo
que no es necesario, a gastar plata donde no se debe. Me dicen algunos
suspicaces bugueños que tiene que ver con una red de “inversionistas” donde interviene
uno que otro senador con asesores pagos expertos en olfatear con sus narizotas donde
está colocando la plata el gobierno nacional, y en trinca con los municipios
hacen los proyectos de gasto -sin importar la conveniencia o prioridad-. Además,
algunos vecinos afectados e inquietos por la utilidad de este despilfarro, le preguntaban
a un importante edil si el Concejo de Buga podía hacer algo para impedir ese embeleco
y corregir el rumbo del dinero, de tajo contestó: “eso es un problema de Bogotá
y de la anterior administración… no se puede hacer nada”, como si la ciudad se
paralizara y arrancara nuevamente de cero, a partir de cada cambio de alcalde y
concejo.
Pero estos dirigentes sí han
mostrado una enorme y silenciosa habilidad para elegirse y hacerse reelegir, de
contar con la protección generosa de los organismos de control, además de una
pericia natural para derrochar en el “por venir” empeñando las arcas del
municipio, gastando el erario en tonterías… en ferias y rumbas, en circo sin
pan. Podríamos concluir que la clase política dirigente, están haciendo
inversiones hacia el “futuro”, fallando en este caso con la negación del presente
y el olvido del pasado; y tampoco han podido con las soluciones pequeñas, como la
perrera municipal; el coso; el espacio público y la movilidad; la escombrera de
transferencia; las calles sin pavimentar y el mantenimiento de las vías; la
bocatoma del acueducto y el almacenamiento de agua; y todavía menos con las
soluciones más complejas al desempleo, al empobrecimiento de la clase media y
la miseria cada vez más indignante en los estratos bajos. Ni preguntar por la
seguridad y otras cosillas.
Hernán Ordóñez
Valverde
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