Columna
Reloj de Arena
HOV 1916 02
02 2013
“La maravillosa Lluvia Negra”
Semanalmente los Bugüeños recibimos
nuestra ración de pavesas quemadas de caña de azúcar como participación directa
de las “utilidades” de la gran industria azucarera nacional, nos participan con
generosidad de su potente actividad comercial a través de la entrega de pavesas
a cada vallecaucano, nos las echan encima de nuestra comida, de nuestra ropa, nos
cae en la cara, en la cabeza, caen al piso, en la cama, en los muebles, se
meten a los electrodomésticos, al computador, por debajo de las puertas nos llega el “cheque”
de participación y si no entra por ahí, nos cae por el patio, o entran por las
ventanas, esas “ganancias” nos llegan porque nos llegan. Es tan “democrática” esa
lluvia negra, que sus toneladas y toneladas de ceniza se descomponen dadivosamente
en micro-partículas menores a diez micras (una millonésima parte de un metro),
tan pequeñas que entran con toda confianza directamente a los pulmones, alojándose
cómodamente en los bronquios, y produciendo la famosa Bronquitis y la
faringitis, algo que los médicos y conocedores del tema de la salud humana
llaman “Infecciones Respiratorias Agudas (IRA)”, según estudios juiciosos,
estas enfermedades han aumentado en proporción directa a las pavesas.
La “Lluvia Negra” no tiene estrato
social, no tiene límites territoriales, es como un dios pagano infinitamente
socialista, por una pavesa más y es comunista. Es omnipresente está en
todas partes al mismo tiempo, en Buga, en Tuluá, en Roldanillo, en Zarzal, en
fin llega espléndidamente a todo el maravilloso Valle del Cauca, es como el sol
que nos calienta y da vida, la “Lluvia negra” es también omnisciente porque está
autorizada por el Ministerio del Medio
Ambiente y controlada “inteligentemente” por la poderosa CVC, nada más y nada
menos.
Con todo esto y abandonados a
nuestra propia suerte, recomiendo desde la impotencia que dejemos de usar
camisas blancas que se ensucian con facilidad, utilicemos orgullosamente
camisas negras, es más que nuestras hermosas mujeres vuelvan a utilizar el velo
negro, los bellos mantos bordados de antaño en la cara como vestuario; aceptemos
también la ceniza negra como un ingrediente más de nuestras comida tradicional,
y comamos más frijoles negros; eliminemos los pañuelos blancos y compremos pañuelos
negros para los problemas pulmonares; además los hospitales, las farmacéuticas,
médicos y enfermeras necesitan trabajo y entre más enfermos mejor para las EPS,
pues esto genera empleo y les permite cobrar más plata al gobierno. Sobre todo,
orémosle más a nuestro patrono el querido y respetado Señor de los Milagros de
Buga para que nos dé más salud y nos proteja de este mal eterno (esto último
sin ironía).
No nos quejemos más por esta “tontería”
y aceptemos que esta “maravilla” puede ser un importante atractivo turístico,
en casi todos los países desarrollados del mundo hay invierno con una hermosa
nieve cubriendo con su manto blanco los techos, las calles, los parques, es imagen
inmortalizada en idílicas postales navideñas. Y nosotros porque no podemos
tener en la eterna primavera veraniega, la siniestra nieve negra...
Dejemos de estar quejándonos por
lo que no podemos remediar, a esto no le vale ministros, gobernadores,
alcaldes, concejales, procuradores, personeros, ni la CVC. No le vale nada... Aceptemos
que los 1000 dueños del negocio de la caña no viven en Buga, no viven en Palmira,
es más no viven en el Valle del Cauca, ellos viven en Bogotá o en el exterior,
y si insisten en vivir en el valle negro, perdón, en el Valle del Cauca, ellos
tiene aire acondicionado. Además Asocaña envió un reconfortante comunicado a la
opinión pública a través de la prensa nacional en donde afirman, que: “los
estudios que hablan de la contaminación y de la incidencia de la pavesa quemada
de la caña de azúcar en las enfermedades pulmonares no son confiables en sus
afirmaciones, por lo tanto no es viable considerarlo como una fuente de
información y mucho menos de decisión” y
Asocaña a través de su directora ambiental ya dijo: “que hay un estudio que
publicó en el 2001 la Fundación Neumológica Colombiana indicando que no existe
relación entre las quemas y las enfermedades respiratorias”, Además la quema se
hace para eliminar plagas, animales, residuos y basura, y para que los corteros
dupliquen la producción y su salario. Ellos se quedan con el puerco sucio dinero
y nosotros con la “maravillosa Lluvia negra”, no los molestemos más con estas tontas
escandalosas pendejadas pueblerinas, aceptemos con resignación que el resto, o sea
todos ustedes después de los 1000, no somos nada… y dejemos así.
Hernán Ordóñez Valverde. hernanordonez@gmail.com
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